
Las estadísticas de la Fiscalía, de la Policía, en relación a la realidad están totalmente subestimadas en proporción al número de asaltos y violencia en la ciudad de Guayaquil y en el país.
La Alcaldesa Viteri quiere que quien vaya preso no salga con facilidad, como ella dice: “así como así nomás”. Del mismo modo que la ciudadanía no denuncia todas las felonías que se registran día a día, porque se requieren tantos trámites, que poco o nada sirve ir a pedir ayuda a la policía; de igual modo la violencia intrafamiliar y laboral se ha multiplicado geométricamente.
Al fin de cuentas, lo que vivimos es un enfrentamiento entre la Fiscalía y el Poder Judicial hay confrontación, al igual que entre ciudadanos afectados, Policías y Fiscalía, donde todo queda en “dime y diretes” o en procesamientos mal enfocados por la Fiscalía. En tanto la sociedad civil impávida y atónica, o ya amansada por la costumbre de la ineficiencia de la justicia y el poder público, se volvió conformista. Por ello las estadísticas no alcanzan a reflejar la real dimensión de la inseguridad Nacional, y la sociedad ecuatoriana sigue viviendo un “in crescendo” de inseguridad y violencia, sin que la sociedad civil se organice.
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