Cuando se trata de elegir al mejor atleta olímpico masculino de todos los tiempos, hay quien podría argumentar a favor de Usain Bolt o de Michael Phelps. Sin embargo, nadie en la historia ha tenido un mayor impacto asumiendo y representando los valores olímpicos que Jesse Owens.

Owens, era una celebridad en los EEUU debido a que durante la competición universitaria, Big Ten Conference del año 1935, realizó una hazaña que es considerada como “los mejores 45 minutos del deporte”, batió cinco récords mundiales e igualó otro. El de salto de longitud (8,13 m) se mantuvo en vigor durante 25 años.
Jesse Owens, con su participación en las Olimpiadas de Berlín de 1936, echó por tierra la teoría de la supremacía de la raza blanca, que Adolf Hitler sostenía, al ganar cuatro medallas de oro, pero a su regreso a los EEUU siguió siendo discriminado por ser afroamericano.
El 3 de agosto, Owens ganó su primera medalla de oro en la carrera de los 100 metros con un tiempo de 10,3 S. El 4 de agosto consiguió su segundo triunfo con el salto de longitud con una marca de 8,06 m. El 5 de agosto se adjudicó tercera medalla al ganar la carrera de los 200 m con un tiempo de 20,7. El 9 de agosto se llevó su cuarta medalla de oro en la carrera de relevos 4 × 100 m.
La hazaña de las cuatro medallas de oro no sería igualada hasta los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, en los que Carl Lewis ganó la misma cantidad en los mismos eventos.
Alfredo Rodríguez – Corresponsal en Guayaquil.