La crisis actual del Ecuador es sin precedentes; excepcional. En la historia de la República han habido crisis de diferentes tipos y en diversos periodos; crisis sociales, políticas, económicas, pero estas crisis vienen y pasan. Los recursos económicos, las represiones, las recesiones se modificaron y continuaron en forma diferente, pero la crisis actual es sin duda diferente.
Es diferente, porque no se trata solo de dinero, de cosas tangibles, sino de una crisis moral, de ideologías y de la bancarrota de todos los principios y la ética.
La crisis es excepcional, porque ocurre en el campo de la ideación, donde el amor no tiene cabida, justificamos el asesinato. Antes, el mal era reconocido como mal, el asesinato era reconocido como asesinato, pero ahora el asesinato es un medio para lograr un resultado. Lo que estamos haciendo es sacrificar el presente por el futuro, y no importa los medios que empleamos mientras el propósito sea alcanzar un resultado, que según decimos será beneficioso para el hombre.

En las crisis anteriores, el problema fue la explotación de las cosas o del hombre, ahora es la explotación de las ideas, que es mucho más peligrosa, porque la explotación de las ideas es devastadora, destructiva. Ahora hemos aprendido el poder de la propaganda, de los medios de comunicación y esta es una de las mayores calamidades que puede ocurrir. Utilizar las ideas como medio para transformar al hombre, es su destrucción, eso es lo que está pasando, el hombre no importa, lo más importante es el sistema. El hombre no tiene ningún significado. Podemos destruir a millones de personas, mientras produzcamos un resultado; lo justificamos. Se utiliza una gran estructura de ideas para justificar el mal, y eso no tiene precedentes, pero el mal es mal, no puede el mal producir el bien. La guerra no es un medio de paz, cuando el intelecto gobierna la vida humana acarrea una crisis sin precedentes.
La cuestión es que, como la crisis es de carácter excepcional, para enfrentarla tiene que haber una re-evolución en el pensamiento; y esta re-evolución no puede producirse por intermedio de otra persona, de ningún libro, de ninguna organización. Debe llegar a través de nosotros mismos, de cada uno de nosotros. Sólo entonces podremos crear una nueva sociedad, una nueva estructura alejada de este horror, de estas fuerzas destructivas que se están acumulando, amontonando.
Esta crisis, los políticos no la pueden resolver, porque ellos están programados para pensar de cierta manera. Tampoco los científicos pueden resolver esta crisis, ni el mundo de los negocios, el mundo del dinero. El momento es decisivo, la decisión inteligente no está en la política, en la religión o el mundo científico, esta en la conciencia de cada persona.
Edison Suárez – Corresponsal en Sucumbíos.