La discriminación es un problema a nivel mundial que por muchos años se ha tratado de erradicar, sin éxito alguno, a pesar de los esfuerzos de varias organizaciones por crear conciencia en la gente, se ha visto empañado por el pensar del núcleo familiar en el que se desarrollan nuestros niños.
Es así como ni los animales se salvan de este pensar tan retrógrado que hay en nuestras sociedades. Caramelo es una hermosa angelita que es esencia de lucha, perseverancia y ganas de vivir, fue abandonada a su suerte a una corta edad, pasaba el día vagando por las calles sin rumbo alguno, tratando de sobrevivir ante la crueldad de las personas que la veían con indiferencia y asco por su condición.
Pasó casi un mes en estas circunstancias, nadie la quería a pesar de que era una pequeñita de tan solo 4 meses, fue una suerte que no terminara muerta en las calles como muchos otros angelitos.
Alguien la encontró a punto de ser atropellada, y la reportó para buscarle un hogar, pero no la querían, veíamos como otros angelitos de su misma edad encontraban hogares, pero ella no la volteaban ni a ver, ella era diferente para muchos, era incompleta.
Llegó el día en que ya no pudieron tenerla más, sabíamos que su adopción iba a ser difícil y demorada, o quizás nunca llegaría, nos hicimos cargo de ella y así llegó Caramelo a nuestra manada, se le realizaron los estudios correspondientes, revelando que su patita fue golpeada por un vehículo, causándole una lesión irreversible.
Ella es alegre, juguetona y llena de amor, pero su postura no era adecuada, tropezaba cuando quería correr e incluso caminado, con el tiempo tratamos de mejorar su calidad de vida, y se tomó la decisión, su patita fue amputa, y además aprovechamos para que sea esterilizada.
Un ser inconsciente la golpeo, no la ayudó en su momento, y su patita se atrofió totalmente, dejándola disfuncional, marcada de por vida, no solo físicamente, sino ante una sociedad que la ve diferente y sin oportunidades.
Se lo vive a diario con muchos de nuestros ángeles que son rescatados, para nosotros todos son iguales, así tengan solo tres patitas, o les falte un ojito, sean negros, de pelo lacio, grandes, pequeños, bonitos o feos.
Dan el mismo amor, y muchas veces olvidamos eso, que ellos también sienten, sufren, aman incondicionalmente, y que no están conscientes de lo que se trata el rechazo, no están conscientes de la gente que los discriminan. Invitamos a que adoptemos un perrito “incompleto”, y así enseñemos a nuestros niños que no hay diferencia entre ningún ser vivo, que todos merecen amor y respeto, aportemos con un granito para hacer de esta vida más llevadera para todos los que habitan este planeta.