Antes de redactar la historia de la fiesta brava en Riobamba y en la provincia de Chimborazo, es necesario conocer la historia del mayor protagonista de los espectáculos taurinos, “El Toro Bravo“, y su llegada al Ecuador.
Según Patricio y José Patricio Espinoza, aficionados investigadores, en su libro “El Toro de Lidia en el Ecuador” manifiestan que en los libros de ingreso y egreso de las haciendas de los jesuitas de abril de 1633 en Pedregal, Pinta y Valle Vicioso en la provincia de Pichincha, ya contaban con 12 mil cabezas de ganado de origen navarro, siendo la compañía de Jesús; propietaria de las ganaderías que enviaban los toros a las fiestas populares de la Real Audiencia de Quito.

Entonces se presume y también se conoce por fuentes orales de padres a hijos que fueron los Jesuitas quienes trajeron de España en grandes barcos los toros bravos, que salían desembarcados en costas ecuatorianas. Este ganado, por el clima y por diferentes enfermedades parasitarias no se aclimató en tierras cálidas por lo que fueron trasladados por vaqueros criollos hacia Guaranda por el norte y por Gum hacia el sur, asentándose desde el Nevado El Altar hasta Ingapirca.
En el siglo XVI en la provincia de Chimborazo el toro bravo español ya pastaba en los páramos de las extensas haciendas, algunas como: Guargualla, Zula, Llinllin, Galte, Poll, Shogol, Ichubamba, Pumacocha, Launa y Charron.
El hierro más antiguo de todas las ganaderías chimboracenses le pertenece a Charron desde el año 1870, ganadería formada por Don Cayetano Bermeo, esta hacienda ganadera por sucesión hereditaria y ya en manos de los hermanos: Gil, Exequiel y Benjamín Bermeo Vallejo importaron vacas y sementales de España, de Manuel Camacho Naveda; “En Caste Carlos Nuñez” en el año de 1978.

Los toros de la ganadería Shogol, cuyo propietario era Don Reinaldo García López fueron los primeros ejemplares chimboracenses en ser lidiados en Guayaquil por los españoles “Frascuelo y Granero “en el año 1925.
A partir de 1980 con la reforma agraria se liquidaron la mayoría de ganaderías de ganado bravo, en la actualidad sobreviven y sobresalen: Charron, Santa Martha, Campo Bravo, El Pinar y El Carmen.
BYRON CHAFLA, CORRESPONSAL EN RIOBAMBA