
La generación, de ponerle “pero” a todo.
Desde la aparición de la primera caricatura de Walt Disney, con su ícono, el Ratón Mickey, frente al timón de una pequeña barcaza, silbando, en blanco y negro, las cosas han cambiado según el hecho simple, que partiendo del concepto fantasioso, son representaciones animadas de una irrealidad, marcada por el factor donde estas son siempre de animalitos, ratones, conejos, zorrillos, gallos, patos, cerdos y tantos otros seres mágicos que pueda inventar la cabeza de quién los dibuja.
Sin embargo, sabiendo tácitamente que éstas son pequeñas historias ficticias narradas por episodios, concordaremos que desde la primera vez que los vimos supimos eran ilustraciones inventadas de un diario vivir increíble.
Pero, ¿Qué pasa cuando el poder de la opinión genera tanta polémica y controversia?
El columnista de opinión del The New York Times, Charles M. Blow, el 3 de marzo de 2021 escribió: “el personaje de Pepe Le Peau”, (de la compañía Warner Brothers), era un estereotipo del macho acosador…”
Aduciendo que: “éstos son los personajes que más me marcaron en mi infancia…”, entre estos, el personaje nombrado en líneas arriba.
Tanto peso tiene la opinión de alguien influyente como para que, a través de un artículo basado en experiencias personales, ¿pueda levantar toda una comunidad y direccionarlos para que piensen como él desea, porque simplemente no le parece? Pues la opinión de este hombre hizo que este 10 de marzo de 2021, la compañía dueña de los derechos del personaje, lo hayan sacado de la única escena donde aparecía el apestoso seductor francés, siempre rechazado por su fétido hedor, cuando intentaba acercarse a la gatita Penélope, de la última entrega de la película “Space Jam 2”.
Es indudable la influencia que puede llegar a tener alguien que se ha hecho de un nombre en los medios masivos y más grandes de Norteamérica, aun pesa más esta opinión cuando la misma siempre intenta desdibujar una imagen o direccionar a cierto público sus opiniones, que censuren por ponerle “trasfondos” a cualquier cosa, en este caso un dibujo animado, personaje estereotipado en base a “clichés”, fundamento básico de la comedia infantil o adulta. Ese “trasfondo” es sacado únicamente de la mente retorcida que ve más allá de lo que es.
Estimados lectores, solamente piensen un poco, ¿por qué el rechazo de la gatita hacia el zorrillo?, si cuando él se deshace de su fetidez, en cambio es perseguido por ella, es decir; su olor es lo que hace que lo rechace.
Entonces ¿es acoso si lo corresponde, pero es rechazado porque hiede?, además recalcando que es un dibujo animado nada cierto. Les invito a tal vez pensar, un instante tan fuera del lugar como esta persona, para que se den cuenta lo absurdo, de creer que unos animalitos, pintados y con movimiento, qué tantas risas nos arrancaron, puedan representar diversos comportamientos que modifiquen la conducta humana.
Es importante saber qué contenido les damos a nuestros hijos, ciertamente es indiscutible que las cosas han cambiado, sin embargo, cuando te sientas junto a ellos explicándoles la diferencia entre la realidad y la ficción, lo cierto, lo que se debe y no se debe hacer en verdad. No podemos dejarlos simplemente frente a la pantalla esperando que en su pequeña cabeza tengan la suficiente noción para discernir.
De la misma forma, que nuestros padres se sentaban a disfrutar con nosotros de los dibujos animados, mientras nos decían: -eso es imposible, sólo pasa en las caricaturas-.
Simplemente hay que ser como niños, disfrutar del humor, de la vida, del paisaje, sobre todo, de las personas y momentos que compartes cuando admiras todo esto junto, incluyendo los dibujos animados de tu infancia, con la misma inocencia qué lo harías, como cuando tenías edad para disfrutarlos con una cocoa y un pan calientito.
C. Renato Moncayo Moscoso.
Corresponsal en Cotopaxi.