Las sociedades evolucionan y se adaptan a las nuevas tendencias tecnológicas, sociológicas, religiosas, políticas y culturales. Estas van formando patrones o hábitos que se transfieren a las futuras generaciones en forma de tradiciones. La evolución de la sociedad no supera su miseria, conflictos, destrucción, agresividad. La humanidad, con su política de codicia y competitividad ha construido una sociedad con estos términos.
Es importante llevar a la mente humana a una re-evolución, porque la crisis no solo es social, económica y política, sino que también es de conciencia, que rechaza las viejas normas y las tradiciones.
De los muchos males que el ser humano tiene, no debe caer en aquello que le quita humanidad. Cuando se habla de justicia se lo hace de la dimensión del humanismo. La justicia no debe estar al servicio de ningún proyecto político, sino que debe hacer cumplir los derechos inherentes a las personas.
La inestabilidad política está presente en Ecuador, con todos los males que de ella derivan: Corrupción, delincuencia, crimen organizado, narcotráfico. Es por eso que necesitamos entender que la única forma es crear una nueva sociedad. No es el Estado con ideales lo que genera una sociedad, el Estado debe garantizar el desarrollo con equidad para que una sociedad sea próspera.
La democracia no es solamente una forma de gobierno, sino que es también una forma en la que los seres humanos se expresan.
La democracia ideal resalta en la Constitución que todos somos iguales, pero socialmente no lo somos. Ninguna sociedad ha podido igualar a los seres humanos; más sin embargo, la igualdad de oportunidades debería darse, por desgracia eso aún no se ha conseguido. A pesar de que por la Constitución todos tenemos igualdad de oportunidades, socialmente esto no se cumple. Millones de personas son discriminadas de este derecho. Una vez que se entienda que esto no es un proceso legal sino espiritual, ya no se hablará más de privilegios.
Aún seguimos practicando el feudalismo a través del sistema democrático actual, porque siempre que hay elecciones, se habla de credo, casta y religión. Tenemos que entender que ante esta injusticia existente solo será posible cambiarla desde la responsabilidad. Debemos dejar de ver a las comunidades, pueblos y nacionalidades como grupos separados, es vergonzoso que hasta hoy los pueblos no puedan cambiar esta realidad.