La justicia está ciega y podrida, lo demuestra todos los días cuando los jueces dejan libre a los delincuentes al siguiente día de cometer sus delitos a pesar del esfuerzo que realiza la Policía Nacional. Cuando los casos judiciales se dilatan a propósito para beneficiar a los delincuentes y los jueces no ponen en práctica la ley y la interpretan a su manera para beneficiarse.
Este problema ha generado el mayor índice de inseguridad en el país.
Las leyes no protegen al ciudadano común, las leyes protegen a los delincuentes que se sienten amparados por la Justicia.

El sistema judicial hace años ha dejado de cumplir su verdadera función; que es proteger a la ciudadanía y no dejarlo en indefensión.
Estamos en manos de una Justicia ciega, muda, sorda, que sólo actúa en su beneficio.
El país necesita una reforma profunda y seria a las leyes, una respuesta ante tanta impunidad, una Asamblea Nacional que realmente trabaje para los ciudadanos, que dejen de crear leyes parche que no ayudan en nada.
Se necesita leyes más duras para que la delincuencia deje de sentirse impune cometiendo delitos a vista y paciencia de las autoridades.
El país necesita más seguridad y la necesita urgente.
¡Que se ponga mano dura a los delincuentes!
ANDREA CELESTE LEÓN
CORRESPONSAL EN PICHINCHA