Un buen gobernante, un buen líder, por naturaleza confía en el potencial de su gente, por ello; motiva y provoca la potencialización de sus ciudadanos. Lidera, con él ánimo de maximizar la eficiencia productiva de sus ciudadanos; económica, social y políticamente. Esa motivación y confianza del dirigente es la Matriz de la Libertad.
En resumen, sin Confianza no hay Libertad.