Seductora por excelencia, influyente y sensual, tiene la fórmula perfecta para poner a sus pies a lideres y poderosos. Astucia e influencia, son una forma de poder, pero no es lo mismo que ejercer autoridad y control directo sobre los demás.
La mujer es lo mejor de ambos mundos, hombre-mujer, en el juego por el poder; sin embargo, ninguno ha entendido a cabalidad para qué sirve el poder, y eso da un poco de tranquilidad, pero también causa terror.
La vida de las mujeres en toda la historia está llena de prejuicios y tabúes, siempre alguien tenía una excusa para menospreciar su cultura, su capacidad intelectual, para decidir por sus costumbres. En la actualidad en muchas sociedades esta situación injusta todavía se mantiene. Ya es momento de dejar en el pasado todos los prejuicios.
Mientras tanto, hagamos un lugar en la mesa para que ambos, hombre y mujer, podamos aprender de las experiencias del otro. El presente es nuestro mayor maestro. Cambiar la forma tradicional de pensar es un paso importante a la libertad.