“La palabra culpa es una camisa de fuerza que encierra al hombre en su propia inmundicia”.
Siglo tras siglo, América Latina ha educado a los pobres para que piensen que la pobreza es una virtud.
Hay que reeducar a las masas para sacarlas de ese viejo mantra de que la pobreza es una virtud, ya que tal virtud esclaviza, condenando a los pueblos a un trastorno adictivo que no permite cambiar de ninguna manera su estilo de vida porque la pobreza se ha transformado en una gran virtud.
Toca aprender en masa, que la virtud esencial para el crecimiento humano es sabiamente enriquecerse.