En geología, la falla libera masas de energía para luego descansar en forma temporal en un nuevo asentamiento o base, es decir; todo en el cosmos y en nuestro planeta pasa por estados de conservación, movilización o revolución.
Desde lo humano sucede exactamente lo mismo; unas épocas de caos liberador de energía, y otras, de conservación. Esa relación dinámica, es la que provee de energía a la siempre compleja y participativa transformación humana.
Hoy, en plena posmodernidad, las nuevas tecnologías nos han ubicado en una situación de liberación de energía humana para vivir una nueva subjetividad ecológica, tecnológica y filosófica, en la cual sólo sobrevivirán los que se readapten a las nuevas libertades y limitaciones.