
Creía que solo Rafael Correa Delgado tenía ese complejo de superioridad, de creer que era el único competente, el más inteligente, el más capaz que los demás, de creerse indispensable, que después de él nadie más, cuán equivocado estaba, ya que al escuchar y leer las versiones emitidas por Jaime Nebot en los diferentes medios de comunicación, llegué a la conclusión de que también, al igual que Rafael Correa, Nebot sufre de este síndrome de superioridad, de creerse dueño de la verdad, que todo gira alrededor de ellos, que sin ellos nada está bien, y es más, se creen dueños de la voluntad y acciones de sus coidearios políticos.
Es patético y a la vez entristecedor escuchar a estos decir “mis asambleístas, mí partido, mí movimiento, mis alcaldes, mis prefectos“, dan a entender que ellos son los dueños de los pensamientos y acciones de sus coidearios. Está bien, que los asambleístas correístas y social cristianos sean lacayos, pero que no tengan personalidad para pensar o actuar según sus criterios; los degrada.
Por lo general, estos megalómanos solo son incompetentes, y sobredimensionan sus habilidades políticas o de liderazgo; cuánto más incompetentes son sus coidearios, más competentes se ven ellos. Tanto Rafael Correa como Jaime Nebot, han entendido esto y lo capitalizan a diario.
Estos dos “líderes políticos”; insultan particularmente la inteligencia de sus coidearios y de los ecuatorianos en general; merman la seguridad y la autoestima de quienes los rodean, pero lo peor de todo, es que no reconocen la inteligencia, la capacidad y el talento del otro. Es lamentable observar que este tipo de personas, “asambleístas”, no asuman o no crean en el potencial que pueden abarcar como personas o como políticos.
En fin, ellos son los culpables de sus desdichas.
Fabricio Guerrero – Corresponsal en Europa.