La práctica del deporte, es importante para mantener una buena salud, ayuda a prevenir y tratar el sobrepeso, la hipertensión y la diabetes, además de reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Sin embargo, existe la posibilidad de que la práctica de ejercicio físico ocasione lesiones.
Las lesiones deportivas se originan por diferentes causas. Entre ellas, se encuentran los accidentes (golpes, caídas), la falta de calentamiento antes de hacer ejercicio, el uso de equipo deportivo inadecuado, una mala técnica o la falta de forma física para llevar a cabo el ejercicio.

Teniendo en cuenta estas causas, para reducir el riesgo a sufrir una lesión deportiva, es necesario realizar ejercicios de calentamiento para preparar al cuerpo, hacer un ejercicio adecuado de acuerdo con la forma física, usar un equipo apropiado (calzado, rodilleras, espinilleras, etc.) y aprender las técnicas correctas, en especial, al iniciar una actividad nueva.
Las lesiones deportivas se pueden clasificar en agudas y crónicas.
Las lesiones agudas, se dan de forma súbita, como las fracturas o los esguinces, y sus síntomas más característicos son dolor repentino, inflamación y dificultad de movimiento. Las lesiones crónicas, tienen un desarrollo más lento, ya que se producen por la repetición de un mismo movimiento durante un periodo de tiempo largo, como es el caso de alguna tendinitis.
Las lesiones deportivas, pueden afectar a diferentes tejidos del cuerpo, incluyendo músculos, tendones, ligamentos, articulaciones o huesos.
Entre los traumatismos más habituales se encuentran: Tendinitis (inflamación del tendón). Distensiones (roturas) musculares. Esguinces (torceduras) de articulaciones. Roturas de menisco. Fracturas de hueso.
Los tratamientos frente a una lesión deportiva dependerán de su tipo y gravedad, por lo que es importante visitar a un especialista que indique los procedimientos más adecuados para el tipo de lesión.
Alfredo Rodríguez – Corresponsal en Guayaquil, parroquia Ximena.