Una ley de exterminio de la población…
En esta última semana se conoció en el Ecuador que por decisión de la Mesa de Justicia de la Asamblea Nacional, se aprobó el texto del proyecto de ley de la interrupción voluntaria del embarazo. Con esta propuesta de ley se podrá interrumpir el embarazo hasta con veintiocho semanas de gestación, esto aplica en mujeres mayores de dieciocho años, sin plazo para niñas y adolescentes menores de 18 años y mujeres con discapacidad. Ahora toca esperar que este nefasto proyecto de ley entre al debate y aprobación en el pleno de la Asamblea Nacional.
Se ha generado un intenso debate en la Asamblea Nacional y en ciertos grupos de la sociedad. Hay quienes están a favor de esta propuesta de ley y otros que no lo están. Entre estos grupos destacan, los integrantes del colectivo feminista que usan la pañoleta verde en el rostro, y expresan una clara postura a favor del aborto seguro legal y gratuito, destacando el derecho de la mujer de elegir sobre su cuerpo y sobre su sexualidad. Y los grupos provida, con una postura firme en contra de la interrupción del embarazo.
Esta ley es definitivamente cuestionable y peor; su aprobación, porque cualquier programa de gobierno debe incluir la defensa de la vida y de la familia.

Estas decisiones traerán un sinnúmero de problemas, ya que la familia es la célula de la sociedad, es su columna vertebral. La pérdida del sentido de lo que es el matrimonio y la familia impactará negativamente a la sociedad y a su desarrollo, dado que el bien primario del matrimonio son los hijos. La procreación constituye a la vez misión fundamental y derecho primario de los esposos y son ellos los que libremente y con la conciencia bien formada deben decidir el número de hijos a tener siempre primando la generosidad, no siendo lícita la contracepción artificial que no respeta el orden natural.
Esta ley constituye una forma de controlar inmoralmente la natalidad y le va a permitir al estado ecuatoriano, recurrir a medios directa o indirectamente coercitivos como las llamadas “políticas de salud reproductiva” y “programas de desarrollo sostenible”, que encierran programas de planificación familiar abortivos, de anticoncepción y disolventes de la unidad familiar, controlar el crecimiento de la población. Entonces, se desencadena toda una guerra contra el aumento demográfico de la población mundial, que incluye en sus grandes estrategias el ataque al matrimonio y a la familia.
A este respecto, el denominado “Nuevo Orden Mundial” o mejor dicho “Nuevo Desorden Mundial”, con ciertas de sus instituciones élites como la ONU y la multinacional del aborto “Planned parenthood”, constituyen promotores del control mundial de la población con el fin de justificar el control demográfico como condición indispensable y previa al desarrollo duradero de los países pobres y falsean la realidad difundiendo bajo apariencia de justificación científica, dos mentiras que han alcanzado el rango de axiomas: el crecimiento poblacional es imparable y los alimentos no alcanzan para todos. Estas instituciones buscan el cambio legal y la reducción del estigma hacia el aborto en el Ecuador.
Para concluir, se señala una frase del argentino Agustín Laje: “el aborto es un genocidio silencioso”.
Fabricio Freire Morán – Corresponsal Guayaquil