En un pasaje del libro, “Arde la calle. La novela de los Ochenta“, del escritor mexicano Fabrizio Mejía Madrid, leí la siguiente cita: “Todas las noches su madre encendía un tambo de petróleo para alumbrar su puesto de hamburguesas. Él propuso que el puesto de hamburguesas se llamara Don Goyo. Su mamá pensó que era por cómo se le llama al volcán Popocapteplt. Sólo “Pato”, sabía que era por el asesino y frente a un espejo emborronado, se dijo: “Soy la peor pesadilla de mi país”.
Y me resultó inevitable hacer asociación de ideas relacionadas a hamburguesas y pesadillas de un país, tales como; la corrupción, y en su forma más cruel, la que le roba al enfermo, la que le roba al moribundo, el que le mete la mano a la viuda y al huérfano, el que le roba a un país en medio de una epidemia, un incendio de corrupción que al parecer no es apagado ni con miles de lágrimas.

La corrupción se viste de cualquier cosa con tal de llevar a una sociedad a niveles de autodestrucción, como por ejemplo; un negocio relacionado con la venta de hamburguesas, cuya razón social dice lo siguiente: “Venta de comidas y bebidas en cafeterías para consumo inmediato, se transforma mágicamente en proveedora de insumos médicos de la red de hospitales del instituto ecuatoriano de seguridad social”.
Por ultimo, la Agencia Nacional de Regulación, Control, y Vigilancia Sanitaria, es clara al indicar que las compras de insumos médicos deberían hacerse con compañías que tienen los avales de operación, esta caja de pandora fue abierta en el proceso de investigación de la Fiscalía, por el caso de un presunto sobreprecio en fundas para cadáveres en el Hospital del IESS de Los Ceibos, en Guayaquil, y muestra la falta de escrúpulos de una sociedad enferma, a la cual no se le puede imputar el origen de aquel mal a la falta de educación, de pobreza, ni a una falta de moral religiosa, como hubiera sugerido Licurgo de Esparta, el célebre gobernante griego, su origen es imputable a la falta de humanidad, a la falta de alma y a la carencia de el más mínimo respeto hacia sus semejantes.