A mediados del siglo pasado, en Machala, empezaron a reunirse en terreno abierto los primeros bananeros, y se dice que mientras se desarrollaba una de estas reuniones pasó por el lugar el Presidente José María Velasco Ibarra y les preguntó a estos, ¿cómo los podía ayudar?, la respuesta fue, que deseaban organizarse para trabajar de manera asociada.

Entonces, el Presidente se comprometió a construir un Centro Agrícola en Machala, y que también lo haría a nivel nacional, para que cada cantón tuviese un local donde pudieran reunirse los agricultores, también dispuso que cada Centro Agrícola tenga su Directiva.
Don Polibio Campos, es un agricultor de 79 años de edad, con residencia en el Recinto La Nueva Unión, de Naranjal, donde tiene su finca, él conversa que su bisabuelo le decía que los Centros Agrícolas tienen que ser la casa del agricultor, y quienes los administren tienen la obligación de buscar todos los beneficios para sus asociados.
La Cámara de la Agricultura es el ente regulador de todos los Centros Agrícolas, a cada socio le emiten una credencial que le permite acceder a los beneficios, incluso, les evita pasar un mal momento cuando un policía le pregunte por qué carga un machete o una navaja. Para ser socio, el requisito principal es ser dueño o arrendatario de un predio.

Los administradores de los Centros Agrícolas son elegidos por votación secreta por cada uno de los socios, y su principal obligación es buscar beneficios para los socios: capacitación y créditos.
El trabajo asociado de los agricultores genera beneficios directos e indirectos, porque hay trabajo para los jornaleros y las casas comerciales venden más, todo este movimiento económico beneficia a cientos de familias.
Lorena Alarcón – Corresponsal en Naranjal