
Con mucha preocupación me expreso,
elevando el sentir de mi alma.
No es el miedo a la muerte lo que me preocupa,
sino la soberbia y codicia humana
que a mis descendientes socialmente se les legará.
Y esa angustia de que siga repitiéndose lo ya conocido, me hace preguntarles:
¿Qué ha hecho éticamente mi generación para cambiar al Ecuador?
El Ecuador se estremece ante la indefensión,
pareciera que estamos condenados a repetir y repetir
la misma corrupción.
Por ejemplo, Gustavo Noboa Bejarano,
parió un centenar de “Gustavinos”
y no sé si por su fenomenología parlanchina
hizo parir demasiados bocones y algunos felones.
“Gustavo, tenga una pronta y feliz recuperación”.
TIRO: 216