El Universo fue creado por “Dios” y se rige de manera pre establecida, por lo que no hay lugar para actos sobrenaturales. Los “milagros” son actos perfectamente naturales que no los podemos explicar porque nuestro entendimiento sobre la Ley Divina o Principios Universales todavía es incipiente.
Hace pocos años era impensable que una nave de hierro de varias toneladas de peso pueda volar a través de los océanos o sobre el Himalaya.
Hace treinta años era inimaginable que desde un teléfono sin cables que lo conecten a la pared y más pequeño que una cajetilla de cigarrillos, una persona desde una calle cualquiera de Guayaquil, pueda conversar simultáneamente con sus hermanos que residen en Italia.

La experiencia nos enseña que solo es cuestión de tiempo para que un acto que se lo consideraba excepcional, imposible o milagroso, llegue a ser cotidiano.
Durante miles de años se daba por cierto que nuestro pequeño planeta era el centro del Universo, y que todos los demás cuerpos celestes giraban a su alrededor, ahora los niños en la escuela primaria saben que esto no es cierto.
Muchas personas fueron asesinadas o despojadas de sus propiedades por instituciones estatales, y en nombre del Dios de sus verdugos, por asegurar que la Tierra no es el centro del Universo.
Paulatinamente en las estanterías de las bibliotecas se irá retirando la segunda parte del letrero que dice CIENCIA FICCIÓN, ya sucedió con los libros del escritor francés Julio Verne.
Quien nada se cuestiona es ignorante, es de inteligentes tener la capacidad para reconocer la ignorancia, allí comienza el verdadero saber.
Por: Nicolás Brito Grandes
Colaborador de Infograma.net