Los entusiasmos religiosos, deportivos y sociales, en una gran proporción han puesto a líderes; “cínicos y hambrientos de Poder”, frente a unas masas que desean que alguien los sane, les dé de comer, y les dé techo.
Esa relación de doble egoísmo; un sujeto pasivo que sentado espera que lo salven, y otros heroicos magnánimos propios de carácter; Machos Alfas, que quieren mostrar su poder enseñando que lo que los otros no pueden, ellos siempre lo podrán. ¡Quizás, eso puede ser lo que nos tiene postrado!