Una campaña política siempre emociona, y en la segunda vuelta trae lo mejor de la política, pues enfrenta posiciones, ideas, estilos. Todo esto, hace que la fiesta democrática ocupe y llene de mensajes nuestras redes sociales, noticiarios, y las primeras planas de los diarios.
Posicionar el mensaje de campaña para la segunda vuelta no es tarea fácil, el candidato Lasso deberá sumar la votación de Yaku y Hervas que es un voto de principios.
En otras palabras, es el voto colectivo de esa parte del Ecuador que lucha por las causas progresistas, el voto rural que busca una atención del gobierno, y el voto del ecuatoriano que busca una verdadera UNIDAD.
Entender todo esto es primordial, Lasso se debe dejar guiar por un experimentado Duran Barba y de su nuevo equipo que debe de corregir los errores de todas sus campañas, este cambio se deberá notar desde los primeros días de campaña de segunda vuelta, en donde debemos ser capaces de ver a un Lasso, no solo con un nuevo outfit, si no que debe de vestirse de un mensaje inclusivo, auténtico y sobre todo progresista, se debe convertir en ese político que le gusta escuchar al pueblo, que está lleno de autenticidad, y que se conecta con las masas dentro de su lenguaje corporal, visual, debe moverse en ese entorno como pez en el agua.
Lasso no tiene que demostrar nada, solo debe de convertir sus negativos en positivos y para eso está la voz popular.

Es claro que hoy en día en el Ecuador se confronte el correísta con el anticorreísta, pero esto no debe seguir.
Al candidato Arauz se le acabó el terreno y no podrá “raspar la olla” para sacar más votos, en la primera vuelta Arauz era Correa y en eso se basaron para cocinar su figura política, en la segunda vuelta Arauz se anticipa, se aleja y dice, que no sabe, ni huele a Correa, y nunca será Correa, pero tal vez no se ha dado cuenta que con esa postura el correísmo pierde, pues lo que une y amalgama al correísta es la imagen fuerte, que esta vez no se traicionará al proyecto del Socialismo del XXI.
Esto hace débil su imagen política de confrontación a la casta política tradicional, pues para el correísmo la confrontación es un caldo de cultivo, tal y como fue en el 2006.
Para el candidato Lasso, le será fácil demostrar que busca ese #EcuadorDelEncuentro, tendrá que unir ese voto honesto, de paz, trabajador, que desea una educación sin barreras ni trabas.
“Ese Ecuador tricolor, que se permite disentir pero no dividir, que avanza disperso buscando un mismo camino”.
No quiere ese Ecuador de los impuestos, persecución y totalitarismo, esa es la tarea que tiene que hacer Lasso, para esta campaña en la que debe comunicar que es capaz de unir y no dividir, y que hará un gobierno donde no deje a nadie fuera de la camioneta.
Giovanni Reyes
Corresponsal en Guayaquil, Parroquia Tarqui