Los científicos contemporáneos a Darwin se mofaban de su teoría “El origen de las especies”, inclusive, en la actualidad, muchas personas dicen “el hombre desciende del mono”, lo que es inexacto. Lo que los científicos creen es que los grandes monos y el hombre, descendemos de un pariente común.
Como humanos, uno de nuestros grandes errores es creernos la medida de todas las cosas; somos una especie egocéntrica, tanto, que inclusive a los demás animales les otorgamos nuestros defectos y virtudes; y llegamos al extremo de decir que somos hechos a imagen y semejanza de Dios.
En las películas se presenta a los extraterrestres y a los animales con los mismos códigos de conducta humanos. La conducta es resultado de la educación recibida, más la genética y las experiencias de vida. Por lo tanto, la conducta del humano jamás será igual a la de los animales ni a la de seres extraterrestres.
Desde antes de ser humanos, nuestras preocupaciones primordiales han sido las mismas: Alimento, vivienda, ropa y sexo; y todavía lo siguen siendo, esto es, que el promedio de la sociedad humana mantiene las mismas prioridades desde hace millones de años. Al hombre moderno le apremian las mismas necesidades básicas que a los demás animales, y en la mayoría de las personas estas necesidades determinan su conducta, hemos avanzado en tecnología pero no hemos evolucionado en nuestros sentimientos.

Los humanos no hemos evolucionado tanto como lo creemos, solo hemos mejorado la tecnología con la finalidad de facilitar la satisfacción de las mismas necesidades que apremian a los demás animales.
El humano es el resultado de la tenacidad e inteligencia con que actuaron sus ancestros, posee una herencia genética de miles de millones de años, por lo tanto; su finalidad es mejorarla y pasarla a sus descendientes, pero no la está cumpliendo.
Las personas somos nuestra apariencia corporal más los sentimientos que nos motivan, somos el resultado de la interacción continua del cuerpo y el alma armonizados por el espíritu. Somos materia y energía pensante; resultado de la evolución, más el espíritu que nos hace personas, a esto también le dan el nombre de trinidad divina.
Nicolás Brito Grandes – Corresponsal en Guayaquil