Las Colúmbidas son una familia de aves del orden Columbiformes que incluye a las palomas, las tórtolas y formas afines. Se distribuyen por todo el mundo, excepto la Antártida y el Ártico, y con centro de dispersión en América Central.
Es cierto, que ha sido el ser humano el que ha invadido el ambiente de los animales, pero no es recomendable que las palomas estén en zonas urbanas porque son un agente muy dañino para el ser humano, por las enfermedades y obstrucción de los servicios.
En muchos países, las palomas son consideradas como una plaga porque ponen en riesgo la salud de sus habitantes. Sus desechos pueden provocar más de 40 enfermedades y son portadoras de más de 50 ectoparásitos externos, que pueden transmitir tanto a las personas como a los animales: garrapatas, piojos, ácaros, chinches, sarnilla.
Se calcula que cada paloma puede producir unos catorce kilogramos de materia fecal al año. El excremento de las palomas provoca el deterioro en edificios, monumentos, calles. Inhalar o ingerir excrementos secos o plumas puede provocar infecciones fúngicas, descamación de la piel, picor, salmonella. Los excrementos también pueden contaminar las huertas, causando que los alimentos queden infectados por clamidia, hongos y bacterias, que luego, pueden transmitirse a las personas.

En muchas ciudades, hay personas que dan de comer a las palomas en los parques y fuera de su vivienda, esto ocurre por desconocimiento, cuando lo que se debe hacer es cortar toda fuente de alimentación, para que la cantidad de estas aves disminuya. Es necesario que las autoridades municipales informen sobre el potencial peligro que representa esta costumbre.
Miguel Lavayen – Corresponsal en Guayaquil, Las Orquídeas.