
Un ser humano para sentirse tal, tiene que procesar si lo que está viviendo es un “supuesto falso de Justicia Social”, o si vive un proceso orgánico de Justicia Social.
Frente a este dilema, en pleno Siglo XXI, late irritantemente una injusticia social global, donde el Ecuador vive un proceso muy agudo de injusticia, ya que su arquitectura, su disciplina intelectual y ética, tienen bases pobres, lo cual ha producido una vulgaridad intelectual dentro de sus élites, cuya indiferencia es escalofriante frente al problema humano.
Para corregir lo antes dicho, nuestra sociedad se debe reinventar desde la estética y la ética, para que se genere una reingeniería que nos permita ir hacia un mayor equilibrio social, para ello sugiero:
- Procurar y motivar eficacia y exactitud en el trabajo.
- Aportar una actitud espiritual que garantice la calma indispensable, para alcanzar objetivos claros de largo plazo.
- Elegir mediante el uso de las diferentes ingenierías, incluida la social, modelos soportados ética y matemáticamente para la búsqueda de la Justicia Social.
Por lo tanto, tenemos que remitirnos a nuestra actual escala humana de evolución, y determinar el nivel de evolución al que queremos llegar, readaptando nuestra cultura a una escala de valores donde “el tener no sea la prioridad”, sino el deseo de construir armonía con la naturaleza y con la sociedad.
TIRO: 79