Hace 161 años, el 22 de julio, San Pedro de Pelileo se constituyó como cantón de la provincia de Tungurahua, ciudad aguerrida con hombres y mujeres trabajadores, de un tesón inquebrantable. A pesar de sufrir varios años con el embate de la caída de ceniza producida por la Mama Tungurahua, siguen de pie aportando por el desarrollo del cantón, la provincia y el país, así mismo; como el “ave fénix” se levantaron luego del terremoto de 1949.
En Pelileo, conocida como “CIUDAD AZUL”, la principal avenida es una vitrina gigante donde aproximadamente 200 locales comerciales ofrecen sus productos confeccionados con tela blue-jeans, sin embargo; su deseo de diversificar sus productos ha permitido que se comercialicen camisas, camisetas, chompas, faldas ponchos, entre otras prendas para vestir.
Muy cerca de la cabecera cantonal se ubica la parroquia de Huambaló, otra arista comercial de los pelileños. Aquí, se expone una variedad de productos fabricados en madera, con garantía, y a precios accesibles para todos los bolsillos.
La parroquia Salasaca, es donde se encuentra asentada la comunidad indígena con el mismo nombre, se caracteriza por la habilidad de los tejedores que comercializan sus artesanías. Aquí, se exponen una gran variedad de diseños de tapices, ponchos, sacos, carteras, shigras, sombreros y recuerdos confeccionados a mano.

El cantón, cuenta también con atractivos turísticos únicos, como es el excursionismo a los montes Teligote, Shaushi y Mul-Mul que la rodean. Además, de una espectacular vista panorámica diurna y nocturna del Volcán Tungurahua, desde los miradores de Zurangay y el mirador de La Cruz.
La agricultura, avicultura y la piscicultura son parte de la matriz productiva de este hermoso cantón, que abre sus puertas al turismo nacional e internacional, con el cariño que los caracteriza.
ALEXANDRA NARANJO GUFFANTI – CORRESPONSAL TUNGURAHUA