La Patria siempre ha sido meramente una expresión metafórica. El amor al prójimo; una categoría fetichista para comprar votos o almas para una iglesia. La política y la religión; hacen que se desprendan fantasías de documentos arcaicos, por ello, emito este duro juicio que me pone la piel fría como gallina:
“La mentira o posverdad, lo único que le ha dado es continuidad a la dominación de los individuos a lo largo de toda la historia humana”.
La memoria del inconsciente humano sigue siendo una masa manipulable por los mismos códigos: El Amor a la Patria, el Amor al Prójimo. Lo único que cambia de tiempo en tiempo es el nombre del Pastor.