
Libertad, igualdad y fraternidad, han sido un grito aspiracional desde la Revolución Francesa, una expresión esencial del lenguaje humano para aspirar tres grandes imposibles, pero alimentando la memoria humana con estos tres poderosos acicates, para que el hombre pueda recordar que la vida es una búsqueda permanente, estimulada por esos tres grandes anhelos liberales.
Alguien me dijo que la idea de libertad, fraternidad e igualdad, solo era un “truco semántico” de los masones franceses para prestigiar su nombre ante la sociedad.
Más allá de aquella visión, la fuerza semántica de estas tres expresiones apareció hace tres Siglos para enmarcar el uso infinito de las palabras: “Libertad, fraternidad e igualdad”, para que el hombre busque medios finitos y se aproxime día a día a ser un ser un poco más feliz.
TIRO: 120