Un joven político tomó como bandera de lucha, la decepción y frustración del pueblo hacia la clase política tradicional. Hábil y maquiavélicamente confrontó a la sociedad ecuatoriana, con frases repetidas al puro estilo Nazi, calando en la mente y corazón del populacho, frases como:
Prensa corrupta.
Pelucones.
Gordita horrorosa.
Prohibido olvidar.
Bancocracia.
Ponchos dorados, etc.
Quien diría que al pasar el tiempo estos epítetos, a este político ahora casi calvo y envejecido por su amargura, odio desmedido y sus 40 revolucionarios, les calza como anillo al dedo, y un poco más.

¡Hay tiempo! Eres el mejor juez, ubicas a cada quien en su lugar.
El Pueblo debe asumir su responsabilidad y castigar a estos populistas con su poder del voto.
¡Prohibido olvidar Ecuador!
Lauro Salas – Corresponsal en Imbabura.