El Poder es la capacidad de una persona o un grupo de personas que ejercen para influir en los ciudadanos. Este se consigue por un mandato, o por la construcción de liderazgos que suelen ser públicos o privados en el que es determinante la conexión con los dirigidos o la masa y el alto grado de persuasión y guía para poder ejercer el poder.
La historia de nuestro país nos ha mostrado líderes que han ejercido el poder desde el gobierno y fuera de este amasaron más poder hasta tener un control de los diferentes pesos políticos de los que se compone el Estado, por lo tanto, el poder no es patrimonio del que gobierna sino del que influye desde un colectivo o un partido político y traslada sus ideas o pensamientos a través de los medios de comunicación y está en la capacidad de que sus adeptos vayan, peleen y conviertan este pensamiento en teorías, marcos, derechos, o sean capitalizadas de distintas maneras.
¿Pero qué es el poder? El poder es un juego, un arte, y lo gana el que le quita el poder al oponente, es decir, el que logra conseguir y controlarlo, y no solamente se basa en el liderazgo sino en la supervivencia individual o colectiva de quien maneja y mueve mejor las ideas o los hilos para hacerse de más poder; es decir, que el poder se gana derrotando al enemigo y no necesariamente capitalizando una ganancia, no!
¿No se trata de ganar?
Se trata de derrotar al oponente, es en realidad un juego de suma cero, así es un juego que al ganar sumas cero tan solo derrotaste a tu oponente en ese instante.
Por ejemplo, en las pasadas elecciones el candidato Lasso quedó 12 puntos por debajo del candidato Arauz, hay muchos que piensan que los votos son endosables y en realidad Lasso debió salir a construir una campaña basada en una nueva estrategia, no así el candidato Arauz que mantuvo una campaña con la misma estrategia de la primera vuelta

Una campaña política se basa en dos estrategias, la de la propuestas; que es la campaña dirigida a cada uno de nosotros y por lo general es aburrida para un gran segmento, y la “guerra sucia”, que es la estrategia que construye la campaña política, generando comentarios, funcionar como “radio bemba” y hace pensar, influir y cambiar en a quien le darás el voto, esta guerra es muy articulada, debe de parecer ajena al candidato y al equipo de campaña y es la que realmente permitirá ganar una elección.
En realidad, esta estrategia es la que seduce al electorado sin saber quién o para que lo convencieron. Es el poder, la articulación de todo y nada, es la luz y la oscuridad, es el triunfo y la derrota, y recuerda, siempre sumará cero.
En un próximo artículo veremos más sobre el poder y la política.
Giovanni Reyes – Corresponsal en Guayaquil, parroquia Tarqui.