
La Patria, tanto se ha dicho que es sagrada, más se la ha tratado como un saco de mojones.
La vulnerabilidad política se va acrecentando, el enraizamiento de la corrupción es tan fuerte, que la Institucionalidad y el Estado están aceleradamente descomponiéndose, y los regímenes históricamente se van desgastando sin que viva u aflore una ética para la unidad de la decencia en el Ecuador.
En resumen, nadie quiere reclutar decencia para armonizar la Constitucionalidad con la realidad en el Ecuador; en tanto, la corrupción intelectual, ideológica y social, se sigue expandiendo, mientras que la mayoría percibe el problema en una forma abstracta, sin evitar y precisar cómo con honestidad los ecuatorianos no nos vamos todos para el carajo.
TIRO: 198