No nos obsesionemos con la riqueza,
ni nos aislemos del otro por temor a compartir.
Es una obligación moral crecer y crear con los talentos que poseemos,
cada Nación tiene en el talento de su gente la invalorable riqueza
que hay que saber desarrollar.
La Patria la hacemos sus hijos, y es hora de usar esos talentos
para cambiar aquellos paradigmas que no permiten alimenta
la formación del patrimonio propio de la comunidad y de la Nación.
TIRO: 429