La ciudad de Quito está en terapia intensiva, cada día los problemas sociales y administrativos son más grandes. La Carita de Dios está siendo ensuciada por un Alcalde afuereño y unos Concejales sin escrúpulos.
La falta de organización y planificación del Cabildo está llevando a Quito a una crisis profunda. Las ventas ambulantes, tráfico descontrolado, problemas ambientales, inseguridad al más alto nivel, falta de control en todos los aspectos sucede a vista y paciencia de las autoridades.
Mientras tanto, un alcalde destituido, que no se quiere ir, tiene a la ciudad paralizada, y Concejales que fueron elegidos para trabajar por la ciudad, no hacen nada más que estar en una pugna de poderes indefinida.

Quito se está ahogando, y no hay alguna luz de esperanza que la saque de todos los problemas que la aqueja. Hasta cuándo esperarán los quiteños para que sus autoridades se pongan realmente a trabajar, dejen la politiquería y de farandulear.
Andrea Celeste León – Corresponsal en Pichincha.