
La prohibición es el experimento ético – moral
que sin vacilación y con audacia, más éxito ha tenido, para que alguien perdone o condene.
Sobre esa base de dominación
nace la principal matriz de todos los totalitarismos:
“No amar ni venerar a otro Dios
que no sea el que establece quien dice ser Dios
o revolucionario, o representante de Dios”.
¡Prohibido olvidar, los errores y delitos de los adversarios!
Dicen los amantes de las prohibiciones.
Más los errores de “su Dios”
son solo vacilaciones de su supremacía,
por lo tanto, no están sujetos a condena alguna.
¡Prohibido olvidar! Fue la cantaleta de Rafael C.,
Ahora hay que recordarles a los ciudadanos y ciudadanas ecuatorianas:
¡Cuidado la memoria se les ha malogrado!
Y se olvidan de todas las felonías denunciadas y procesadas
en contra del Gobierno, del susodicho Rafael C.
¡Prohibido olvidar!
TIRO: 257