Un año y tres meses, han transcurrido desde que los estudiantes de todo el Ecuador cambiaron la educación presencial por una nueva modalidad de estudios: “La virtual”.
La educación virtual, ha resultado un tanto compleja para los alumnos, así como para los padres y profesores.
El 2 de junio de 2021, el Gobierno dispuso el regreso progresivo de los estudiantes a las aulas en una modalidad presencial híbrida. Si bien es cierto, la medida no tiene carácter obligatorio, pero la preocupación es evidente en miles de padres de familia.
La crisis económica ha dejado sin empleo a cientos de familias ecuatorianas, razón más que suficiente para que varios hogares tomen la decisión de cambiar a sus hijos de instituciones educativas particulares a fiscales.
La demanda educativa pública ha tenido un incremento significativo en el aforo, por esta razón surge la siguiente inquietud: ¿Cómo se podrá cumplir con la medida de bioseguridad del distanciamiento social?
Antes de la pandemia, las Unidades Educativas albergaban entre 40 a 45 estudiantes, lo que dejaba entrever que la infraestructura es insuficiente. Desde hace varios años atrás, en muchas Unidades Educativas, se aprovisionan de insumos de limpieza mediante autogestión de los comités de padres de familia, y son los padres de familia quienes realizan el trabajo de limpieza.
Muchos padres, han permitido que sus hijos estén en espacios con alta concentración de personas, pero también; hay padres que demuestran mayor conciencia y prevención. Por esto, es necesario que el Gobierno implemente verdaderas soluciones a una problemática que podría traer serías consecuencias en la salud de los estudiantes y de sus familias.

ALEXANDRA NARANJO – CORRESPONSAL EN TUNGURAHUA