El IESS, institución de los trabajadores del país, es un organismo en el que sus propietarios no intervienen, no dirigen, no inciden. Se ha convertido en el Banco de préstamos de varios gobiernos. Es saqueado por funcionarios y administradores. Algunos de sus directivos están presos, prófugos o enjuiciados.
El saqueo es de varias modalidades: obras con sobreprecio, nombramientos injustificados, préstamos obligados al gobierno, inversiones de dudoso fin. Pero, lo más escandaloso, es la compra de medicinas con sobreprecios, material quirúrgico, y medicina embodegada por años hasta que caduca.

En medio de la pandemia del coronavirus, los sobreprecios de adquisiciones de “emergencia” fueron de hasta el 90% en fundas para cadáveres. Mucha medicina que desapareció era vuelta a revender al mismo IESS.
A muchas de las víctimas de la pandemia se les sustraía documentos, celulares y tarjetas de crédito. Hoy se sabe que esa tarjeta de débito de algún fallecido era vaciada. Esto dice que la corrupción del IESS de Guayaquil es en todo nivel.

Estamos ante una situación de descomposición social que amerita que se adopten de inmediato medidas radicales de una vez por todas, tomar las riendas del organismo para detener su descomposición. Es necesario, que la ciudadanía, afiliados y funcionarios honestos saquen a la luz pública la corrupción que corroe todos los niveles del IESS.
Alfredo Rodríguez – Corresponsal en Guayaquil, parroquia Ximena.