Mientras más violencia política y criminal hay en un país, menos se conmueve una ciudad o todo un país frente a un asesinato, un asalto, y esto se vuelve el pan de cada día. Más, ¿cómo debe lidiar un Estado con la criminalidad ordinaria y terrorista que está incrustada en gran parte de Latinoamérica y poder aplacar este gran temor?
El Estado debe centrarse no sólo en un sistema policial eficiente, sino en políticas socioeconómicas a través de la educación, que desestimulen la delincuencia y el terrorismo.
Los medios de comunicación deben disminuir el ritmo sensacionalista e informar adecuadamente, y la población manejarse fuera de todo sensacionalismo y actuar con prudencia. De lo contrario, pereceremos en el intento de salir de tremendo agujero negro.
SEGURIDAD CIUDADANA
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