Cada día, es más factible hacerle cosas al cuerpo…
Más allá de tatuarse; se pueden hacer cirugías plásticas y anular el paso del tiempo, cambiar de sexo y procrear sin hacer el acto de pareja. La ternura va desapareciendo, y empieza a aparecer un error horroroso: “El horror al contacto con el otro”.
Los seres se vuelven intocados, por lo tanto; frágil se vuelve la felicidad y la razón existencial del ser humano.
