El ser humano se alejó de sus herencias sensitivas relacionadas con la naturaleza y el plano metafísico espiritual, pensó que el racionalismo tecnológico todo lo tejía, y perdió su relación vibratoria con las piedras y animales, cuyo nivel vibratorio ha sido irrespetado, es decir; se desvinculó de la naturaleza animada e inanimada sin lograr articular una interdependencia con lo otro y los otros, con él mismo y también con el mismo Nosotros. Por ende, carece de mediación psicológica y pedagógica con el cosmos, y hoy, solo vive una fantasía humanista en la cual el consumo es síntoma de bienestar.
Por ello, esta crítica no tiene el carácter de redentora, sino de proponer la modificación de nuestra estructura psíquica-colectiva para conectarnos con el poder cósmico integrador, entendiendo que más allá de consumir antropológicamente lo necesario no podemos ir más allá.
SOBRE LA ESTRUCTURA PSÍQUICA COLECTIVA
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