El fin de un buen líder; radica en generar en su gente la capacidad de encender su propia luz, y no de habitar bajo la luz de quien dice ser “el líder”. De lo contrario, al apagarse la luz del líder; portador de la luz, todo volverá a ser tormento.
En conclusión: “No hay bosque, si no se deja crecer lo sembrado dejando pasar la luz”.
SOBRE LIDERAZGOS
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