
¡Ay de la cantaleta posmoderna ecuatoriana!
¡Soy perseguido político!
Y por eso escapan, se asilan o no dan cuentas a nadie.
Dice la reconocida Periodista ecuatoriana
María Fernanda Perrone Medina,
que la frase ¡Soy perseguido político!
es simplemente un slogan;
diría yo con franqueza “un trillado slogan de baratela”,
como si la sociedad fuera a padecer o añorar su ausencia.
¡Soy un perseguido político!
“Es un mensaje que pone bajo sospecha
al que denuncia que es perseguido“,
sobre todo, después de que se vieron así mismo como gloriosos,
terminaron marchitando su propia
y tan cacareada honestidad e inteligencia
al ritmo de su ardorosa juventud,
en negocios felónicos con Odebrecht, H&H,
Telconet, o contrataciones con China,
donde la evidencia no favorece a los intereses del Ecuador.
A pesar de todo siguen diciendo:
¡Somos perseguidos políticos!
Mientras turban o adormitan a todo un pueblo
embelesado por eslóganes arraigados en el corazón de los ecuatorianos,
ya que una parte del pueblo quedó atrapado por estos felones
que dijeron que nos amaban con infinito amor.