
Todo se arruina por la culpa de una palabra,
todo se arregla por la gracia de una palabra,
la verdadera historia del paraíso
parte de una sola palabra: “PECADO”.
¡Ay!
De pronto aparecieron las historias oficiales,
y todos sabemos que “las historias oficiales”
resultan ser mentiras.
En síntesis:
Nadie sabe medir ni el tiempo ni su rango de libertad,
y como zombis viven las masas perdidas y fuera de la verdad.
Las historias verbales nos han aprisionado,
la autoridad y sus ejercicios nos han jodido,
por eso, renegamos de Dios, el Estado y la Patria;
más encendidos por la verdad oficial
vivimos degollados por esos fríos juegos
de las “verdades a medias”
con las que la humanidad así mismo se acompaña.
TIRO: 344