Desde el año 1998, ya se fraguaba el traspaso por concesión de la empresa de agua potable y alcantarillado de Guayaquil ECAPA-G, a la empresa francesa “INTERNATIONAL WÁTER SERVICES INTERAGUA C. LTDA”. Siendo ECAPA-G, mal administrada por aquel entonces.
Uno de los representantes legales que entregó los servicios de esta empresa fue el Ing. José Luis Santos García, quien en ese entonces era el Gerente General, luego; renunció a su cargo en el año 2004, por el reclamo de unos 800 extrabajadores que fueron despedidos en el 2001, los cuales tenían derecho a una reliquidación, pero Santos dijo lo contrario: “Las liquidaciones se practicaron de acuerdo a la ley y en presencia de las autoridades de Trabajo”.
La empresa concesionaria era enteramente francesa, pero dentro de sus trabajadores no existía ningún francés, solo el nombre: International Water Services Interagua C. Ltda., representada por el Ing. Oscar García, en calidad de Apoderado del Gerente General.
Con fecha 11 de abril del 2001, Interagua y el Estado ecuatoriano, representado por ECAPA-G, quedando como ente regulador de esta empresa, suscribieron el contrato de concesión de los servicios de agua potable y saneamiento de la Ciudad de Guayaquil.
Para lograr la concesión, la empresa no sabía qué hacer con todos los trabajadores, así que comenzaron las amenazas hacia ellos usando los servicios del extrabajador Alfredo Santos, del exdirigente del Comité de Empresa de apellido Saavedra, y de ex trabajadores que habían vendido sus renuncias tiempo atrás y que se habían gastado el dinero.
“Saavedra proporcionaba aguardiente a su grupo desde muy temprano, de tal manera; que cuando veían a un trabajador comportándose de forma contraria a lo que la empresa planeaba, lo amedrentaban. Si un trabajador contestaba y se iba de puños, era llamado por el Asesor de Gerencia, quien le exponía que por ese altercado debía renunciar, o que le diera el visto bueno”. Con esta estrategia, despidieron a muchos trabajadores.
Ya acercándose la concesión y la lucha de los trabajadores por sus puestos de trabajo, se cometió en las Calles – Clemente Ballén y Pichincha el peor acto a vista y paciencia de todos, por uno de estos facinerosos contratados por Saavedra, que armado por un machete hirió a un trabajador en un brazo. El agresor pudo escapar gracias al respaldo de sus compinches. Ese día no esperaban al trabajador que fue herido, sino a este redactor, a quien la empresa llamaba “la piedra del zapato”, por ser un reclamante de sus derechos laborales.
Luego, las malas liquidaciones de los trabajadores, que según el contrato colectivo favorecía a algunos y desfavorecía a otros. Algunos trabajadores, según el asesor Alfredo Santos, por haberse portado bien (nunca reclamaron nada) eran contratados por la empresa Interagua. Para aquellos que se opusieron a la concesión, les hicieron tomar sus cheques y fueron sacados rápidamente de ahí, escoltados por dos guardias de seguridad hasta la planta baja.
Ya han pasado 20 años desde la concesión, y han surgido nuevamente algunos problemas. La empresa comenzó a liquidar a sus trabajadores porque no quiere que pasen los 20 años de trabajo continuo debido al riesgo de jubilaciones e indemnizaciones. Se vuelve a repetir lo de hace 20 años atrás, pero esta vez sin oposición de los trabajadores, quienes toman sus liquidaciones y se quedan sin una fuente de ingreso.
Otro de los puntos que trata de conseguir la Concesionaria Interagua, es que le sea pagado 9 millones de dólares por concepto de subsidios, argumentando que es lo perdido durante la pandemia, y lo quieren recuperar de cualquier forma, ya sea, aumentando la tarifa en las planillas de consumo y por consiguiente la subida del alcantarillado, o que se le sea pagado de fondos municipales. Esto vendría a ser lo mismo, porque saldría de los impuestos que pagan los ciudadanos al Municipio de Guayaquil.
Interagua, argumenta que no se respeta su seguridad jurídica. Pero ha tenido una rentabilidad de 170 millones de dólares al año, 3.400 millones de dólares durante 20 años, con inversión de 21.5 millones de dólares anuales. Cobran el 80% del alcantarillado sobre el precio del metro cubico del agua, además le han adjudicado obras a sus mismos socios, a esos señores se les ha dado todo a mesa puesta; las plantas de tratamiento de agua, el sistema de distribución, las plantas de aguas servidas, tuberías de alcantarillado, y se tienen que pagar precios altos por estos servicios cuando ya todo ha estado construido por el Municipio de Guayaquil y el Gobierno Nacional.
Alfredo Rodríguez – Corresponsal en Guayaquil, Parroquia Ximena.