El Ecuador es un país bendecido por Dios y la Naturaleza, en sus 283.561 km2 alberga una de las más grandes diversidades naturales del mundo, sus nueve zonas climáticas han desarrollado hermosos parajes de flora y fauna. Por esta razón, el potencial turístico que tiene el país aún no ha sido aprovechado en su real dimensión.
Igual sucede en su diversidad étnica, 15 nacionalidades indígenas mantienen sus tradiciones diversas y propia cosmovisión, sus artesanías y manufacturas son conocidas y apetecidas no sólo a nivel nacional sino también internacional.
Los mejores exponentes en exportar sus artesanías y manufacturas a nivel mundial son los Otavalos, etnia que se puede encontrar comercializando su producto en 5 continentes, y en casi todos los países del mundo. Es así, que cuando el turista nacional e internacional visita este hermoso valle del amanecer, uno de los seis cantones de la provincia de Imbabura, en Otavalo, puede encontrar lugares donde se exponen sus hermosas creaciones, y uno de los lugares ícono es “La Plaza de los Ponchos”, lugar donde se pueden encontrar y adquirir los más diversos productos, que son el atractivo y encantamiento del extranjero.

A esto se suma la amabilidad del indígena otavaleño, vestimenta tradicional y autóctona, versatilidad en el dominio de tres y hasta cuatro idiomas y su habilidad negociadora, lo hace ser un gran embajador del país.
Ecuador es una de las maravillas del mundo y como ecuatorianos tenemos la obligación y responsabilidad de cuidarlo.
Lauro Salas – Corresponsal en Imbabura.