Sin duda en Ecuador, hay vacunas disponibles para todos los estratos sociales. Los primeros en recibirlas fueron los locales comerciales y los chulqueros. Luego se extendió a los negocios en redes sociales, alcanzando a los trabajadores, maestros, padres de familia y a todos aquellos que generan de alguna forma ingresos, pero desafortunadamente, esto los expone a robos, extorsiones, secuestros y, en los peores casos, a la muerte.
Ahora, le ha llegado el turno a los transportistas de carga pesada, que, hartos del abandono del gobierno, han decidido alzar su voz y paralizar sus actividades. El pedido es claro y contundente: exigen acción militar y policial en sectores estratégicos como el puerto, los terminales y las carreteras.
Durante una entrevista en RTP 96.5 FM, Tropicana, René Gómez, Coordinador de Transportes Pesados del Ecuador, denunció que ya no solo retienen a los camiones, sino que también secuestran a los conductores e incluso los asesinan.
Inicialmente, se preveía que 8 provincias se unieran al paro: Esmeraldas, Santo Domingo, Los Ríos, Guayas, La Península, El Oro, Pichincha y Carchi. Sin embargo, 7 de ellas declinaron tras el anuncio del Gobierno Nacional, que, movido por las protestas, aceleró el paso y emitió un comunicado informando que la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas reforzarán el control en las carreteras a nivel nacional para combatir la inseguridad. Además, se comprometió a convocar una reunión con los gremios para lograr acuerdos.
Este mensaje llegó a tiempo para aquellos que decidieron esperar, pero demasiado tarde para los transportistas de Carchi, que se unieron al paro como muestra de lo que podría ocurrir si no se alcanzan acuerdos, dado que las demandas no han tenido resultados desde que comenzaron las conversaciones hace 2 años.
Según Gómez, el objetivo no es paralizar y afectar a los empresarios que ya están en crisis económica y al borde de la desaparición, ya que son aliados estratégicos. Sin embargo, denunció que los conductores son víctimas de una ola de inseguridad en los puertos de Guayaquil, donde además de cobrar por las vacunas, exigen rescate por los vehículos y conductores cuando son secuestrados.
Después de la paralización de la semana pasada en el Puerto de Guayaquil, ahora hay presencia de policías y militares, pero la crisis en las carreteras aún persiste. Gómez subrayó: “Ya hay presencia militar en el bypass de Quevedo, pero esperamos que no sea solo por la fiebre de la paralización. Exigimos garantías definitivas para poder regresar sanos y salvos a nuestros hogares”.
Como medida preventiva, los conductores se detienen a un lado de la carretera y esperan la llegada de otros camiones para poder emprender la marcha en caravana, ya que los secuestros y robos no ocurren solamente de noche, sino también a plena luz del día.
La petición es un esfuerzo conjunto con las autoridades “Para mantener la cadena de abastecimiento en tiendas, mercados, supermercados y farmacias. El precio que están pagando es muy alto, arriesgando sus vidas cuando salen a las carreteras sin seguridad”, concluyó Gómez.
