Debido a la situación difícil que atraviesan muchos países vecinos, las personas se ven en la necesidad de emigrar hacia otras tierras en busca de un nuevo futuro con la finalidad de sustentar las necesidades que atraviesan.
A Milagro, a diario llegan muchas personas extranjeras, que en busca del sustento diario hacen lo que sea con tal de llevar un pan a la mesa de su familia.
Este es el caso de una señora venezolana que todos los días vende agua de coco y jugos naturales frente al Estadio Los Chirijos, cosa que me llamó la atención, siendo ella una profesional en su país ahora se encuentra vendiendo alimentos en un país extraño para ella, y que no le da vergüenza pues lo hace con amor y con su aptitud está saliendo adelante.

A quienes le compran sus jugos les advierte, expresando tristeza en su mirada, “que esto no suceda acá en Ecuador porque sería volver a lo mismo que hace años empezó en su país”.
La gran mayoría de inmigrantes que llegan a nuestro país vienen con la ilusión de trabajar, pues ellos necesitan de nuestra ayuda y sobre todo nuestra solidaridad.
La idiosincrasia del ecuatoriano es ser amigable y solidario.
¿Cómo ayudarlos?
Valorando el trabajo de los extranjeros que llegaron a nuestro país por la crisis económica a la que los llevó el modelo del Socialismo Siglo XXI. Venezuela fue un país próspero, y el chavismo lo destruyó.
Lo más importante es que los ecuatorianos deberían aprender de esta experiencia ajena, y al momento de sufragar, el 7 de febrero, rechazar al candidato del correísmo.
FÉLIX PEÑAFIEL
CORRESPONSAL EN MILAGRO