El Voleibol, es un deporte que se practica en todas las comunidades, academias y combinados deportivos, desde la categoría infantil hasta la categoría para mayores, y en ambos sexos. Igualmente, para las personas con limitaciones físicas, en este caso; el voleibol sentado, que se lo practica con carácter educativo, recreativo o competitivo.
El deporte, es un aspecto muy importante para las personas que presentan una discapacidad, en donde se sentirán bien tanto en el aspecto físico como mental.
En Perú, Puerto de Callao, en el año 2017 nació la primera Asociación de Vóley Sentado “SUPERANDO BARRERAS ASSUBA”, para dirigirla, fue elegido como Presidente, el Sr. Martín Cano Freitas, profesor de este deporte adaptado para personas con discapacidad física.
Al inicio fue muy duro, porque los patrocinadores no creían en el deporte para personas con discapacidad. Hasta que consiguieron las instalaciones del Centro de Rehabilitación Profesional y Social, CERPS-CALLAO, gracias al respaldo del Profesor Domingo Cuba Díaz, precursor del deporte adaptado en el Perú, de esta forma se inició la formación para deportistas en voleibol sentado.
En febrero del 2020, luego de 10 meses de espera, ASSUBA se convirtió en Fundación, y empezó a recibir donaciones de empresas y de socios.

La Fundación Superando Barreras “ASSUBA”, ha logrado saltar obstáculos, y se ha propuesto conseguir mayor convocatoria para alcanzar el éxito en esta disciplina, y difundir el voleibol sentado en todo el Perú y en Latinoamérica.
El voleibol sentado, nació en Holanda en los años 50, al combinar el voleibol con un juego alemán llamado Sitzbal. Su popularidad, comenzó a extenderse una década más tarde y, al día de hoy, lo practican deportistas de más de 50 países.
Esta disciplina enfrenta a dos equipos de seis jugadores en una cancha cubierta de 10 x 6 metros, dividida por una red de 1,15 centímetros de altura para los hombres y 1,05 para las mujeres. Cada equipo debe conseguir que el balón caiga dentro del campo contrario y dispone de tres toques antes de que la pelota cruce la red.
Todos los partidos se juegan al menos cinco sets. En los cuatro primeros, gana el equipo que alcance los 25 puntos, siempre y cuando haya dos de diferencia, mientras que en el quinto, si se llega, vence el primero que llegue a 15.
El debut del voleibol sentado en el programa paralímpico, se produjo en los Juegos de Arnheim 1980 para los hombres, y en los de Atenas 2004 para las mujeres.
Se ha hablado de la inclusión de este deporte para personas discapacitadas y sin discapacidad, ya que se permite jugar como máximo con dos personas sin discapacidad en partidos de exhibición y torneos para dar a conocer este deporte a la sociedad. En ciertos países, la inclusión de capacitados depende de la clasificación funcional que rige según un sistema de valoración y puntación que depende del tipo de discapacidad.
Respecto a la técnica a utilizar no hay diferencias, ya que los gestos son muy similares, sólo que en voleibol sentado se realiza desde un plano más bajo, desde el suelo, pero esto tampoco es diferencia, ya que en el voleibol convencional, en ciertas ocasiones se juega desde el suelo.
Los jugadores deben jugar sin sus prótesis, y en caso de que usen algún accesorio o aditamento debe ser evaluado y que esté permitido por el reglamento.
Desde un enfoque recreativo, el deporte propicia diversión, libertad y sano esparcimiento, pero, ante todo, la posibilidad de auto-identificar las destrezas y limitaciones. Estas cualidades se afianzan en los deportes adaptados, que han sido pensados y modificados para que lo practiquen personas con capacidades diversas, sin alterar el objeto de la disciplina.
Alfredo Rodríguez – Corresponsal en Guayaquil, parroquia Ximena.